El hecho de que dos cónyuges residan en dos países europeos diferentes no impide que cada uno de ellos pueda en cualquier momento pedir el divorcio. Pero, ¿cuál es la forma correcta de hacerlo?
Hagamos un ejemplo:
Fernando y María se casan en España. Al poco tiempo, la relación empieza a no funcionar y los cónyuges deciden separarse. Desde entonces, Maria se va a vivir a Italia, donde conoce a su nueva pareja, con la cual además ahora convive y tiene intención de casarse pronto. Sin embargo, su anterior matrimonio no ha sido disuelto formalmente, por lo que decide iniciar los trámites para solicitar su divorcio con Fernando, quien sigue viviendo en España. ¿Cómo debe proceder?
Antes de nada, es importante recordar que, aunque debilite los derechos y deberes recíprocos de los cónyuges, la separación no disuelve el vínculo matrimonial. Por esta razón, en casos como el planteado, es fundamental realizar la disolución del matrimonio de modo correcto y formal, a fin de evitar problemas futuros e impedimentos.
El procedimiento de divorcio puede ser iniciado tanto de mutuo acuerdo por ambos cónyuges como por parte de uno solo de ellos. En todo caso, será necesario cumplir con los requisitos y condiciones que exija la ley del país de referencia, pudiendo los cónyuges decidir conjuntamente cuál será la legislación del país europeo que se aplicará a su divorcio (por ejemplo, en el caso planteado, la de Italia o la España). Si los cónyuges no consiguen ponerse de acuerdo, se aplicará la ley del país en el que se haya presentado la demanda de divorcio.
Pues bien, sea de mutuo acuerdo o no, ¿ante qué tribunal se puede presentar la demanda?
Se puede escoger entre el tribunal del país donde:
- viven actualmente ambos cónyuges
- vive el otro cónyuge
- los cónyuges vivieron juntos por última vez, siempre que uno de ellos continúe viviendo en ese país
- vive el cónyuge que pretende presentar la solicitud, siempre que sea de mutuo acuerdo.
En ausencia de acuerdo, para que el cónyuge demandante pueda solicitirarlo ante esos tribunales, es necesario que el mismo:
1) haya vivido en ese país al menos en los 6 meses anteriores a la presentación de la solicitud
2) tenga la ciudadanía de ese país; si no la tiene, sólo puede presentar la solicitud si ha vivido en ese país al menos en los 12 meses anteriores a la presentación de la demanda.
país del que ambos cónyuges sean ciudadanos.
Entre algunos países europeos, además, existen convenios y normas ad hoc que facilitan la identidicación del tribunal competente.
En todo caso, como ya hemos mencionado, la demanda de divorcio tendrá que presentarse teniendo en cuenta los requisitos y formalidades que imponga la normativa del país de referencia. Las reglas varían considerablemente de un país europeo a otro, y existen más criterios para evaluar correctamente cuál es el tribunal competente para juzgar la acción o cuál será la ley nacional aplicable y las eventuales consecuencias.
La situación, además, se complica en los casos que también vean involucrados países que no forman parte de la Unión Europea.
Por esta razón, es siempre importante poder contar con un abogado especializado, que analice las peculiaridades del caso y brinde una orientación correcta y eficaz, al fin de encaminar un procedimiento de divorcio que sea éxitoso y sin sorpresas.