La violencia de género es una de las principales problemáticas sociales en España, afectando a miles de mujeres cada año. Se manifiesta de diversas formas, incluyendo violencia física, psicológica, sexual y económica. En los últimos años, el país ha implementado medidas legislativas y tecnológicas para combatir este fenómeno, convirtiéndose en un referente en Europa en la lucha contra la violencia machista.
Sin embargo, los desafíos persisten, especialmente en la prevención, la protección de las víctimas y la erradicación de la impunidad de los agresores.
En este artículo examináramos el marco normativo español, los mecanismos de protección existentes y los retos futuros en la lucha contra la violencia de género.
Dimensión del problema en España
Las cifras sobre violencia de género en España reflejan la gravedad del problema. Según datos oficiales, una de cada tres mujeres en Europa ha sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida, y en España, aproximadamente el 28% de las mujeres han sido víctimas de violencia doméstica desde los 15 años.
Además, los feminicidios continúan siendo una preocupante realidad, con decenas de mujeres asesinadas cada año a manos de sus parejas o exparejas. Más allá de los casos extremos de homicidio, muchas mujeres viven en situaciones de maltrato continuado, lo que afecta su salud física y mental, además de tener un impacto negativo en sus hijos, quienes también se consideran víctimas de esta violencia.
El impacto social de la violencia de género también es significativo, ya que contribuye a la desigualdad entre hombres y mujeres, refuerza patrones de discriminación y limita las oportunidades de desarrollo de las mujeres afectadas.
Marco legal y medidas de protección
España ha sido pionera en la creación de un marco jurídico sólido para combatir la violencia de género. En 2004, se aprobó la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que estableció mecanismos para prevenir la violencia, proteger a las víctimas y castigar a los agresores. Entre las medidas más relevantes, se incluyen:
- la creación de tribunales especializados en violencia de género;
- la implementación de órdenes de protección para las víctimas;
- el acceso a asistencia jurídica gratuita para las afectadas;
- la creación del Sistema VioGén, una herramienta tecnológica de monitoreo y prevención de la violencia de género.
Además, la legislación se ha ido adaptando para incluir nuevas problemáticas. Por ejemplo, la Ley Orgánica 10/2022 de Garantía Integral de la Libertad Sexual ha reforzado la protección contra delitos sexuales y ha puesto el foco en el consentimiento como eje central en los casos de agresión.
Protección de los menores
Los menores también son víctimas de la violencia de género, ya sea de forma directa o indirecta, al presenciar episodios de violencia en su entorno familiar. La exposición a esta violencia puede generar consecuencias graves en su desarrollo emocional, social y académico.
Así, la Ley Orgánica 8/2021 de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia reconoce a los menores como víctimas directas de la violencia de género y establece medidas específicas para su protección, entre ellas:
- el refuerzo de la custodia y patria potestad para evitar que los agresores mantengan contacto con los menores;
- la creación de protocolos de detección temprana en escuelas y centros de salud;
- el acceso prioritario a atención psicológica y asistencia social;
- medidas de protección para evitar la instrumentalización de los hijos en casos de violencia de género.
Sistema VioGén y tecnología para la protección de víctimas
El Sistema VioGén, implementado en 2007 por el Ministerio del Interior, permite coordinar las acciones de protección para las víctimas de violencia de género. Su objetivo es integrar la información de distintas instituciones y evaluar el riesgo de reincidencia de los agresores. Actualmente, más de 830.000 víctimas han sido registradas en este sistema.
VioGén se basa en:
- la evaluación del riesgo de cada caso para determinar el nivel de protección necesario;
- el monitoreo continuo de la situación de las víctimas y de sus agresores;
- alertas automatizadas para notificar incidentes que puedan poner en peligro a las mujeres;
- la colaboración entre diferentes instituciones (policía, servicios sociales y judiciales) para garantizar una respuesta eficaz.
En los próximos años, se prevé la implementación de VioGén 2, que mejorará la recopilación de datos y la predicción de riesgos, incluyendo un enfoque específico en la protección de menores expuestos a la violencia.
Violencia de género en entornos digitales
Con el auge de las redes sociales y la tecnología, la violencia de género también ha evolucionado en el entorno digital. Las mujeres son víctimas de acoso en línea, amenazas, difusión no consentida de imágenes íntimas y otras formas de ciberviolencia. Se han identificado términos específicos para estas prácticas, como:
- el doxing: la difusión de datos personales sin consentimiento;
- el gendertrolling: ataques masivos en línea con amenazas de violación o muerte;
- el downblousing: grabación no consentida del escote de una mujer y su difusión en internet.
Para combatir esta problemática, se han fortalecido las leyes y se han creado unidades policiales especializadas en ciberviolencia, pero sigue siendo un área en desarrollo.
Desafíos y futuro en la lucha contra la violencia de género
A pesar de los avances, la violencia de género sigue siendo un problema estructural que requiere una acción constante. Entre los principales desafíos se encuentran:
- el aumento de las denuncias: aunque se ha registrado un incremento en las denuncias, muchas víctimas aún temen acudir a las autoridades;
- la prevención y educación: es fundamental trabajar en la concienciación desde edades tempranas para erradicar patrones machistas y conductas violentas normalizadas;
- la protección de menores: los hijos de mujeres víctimas también son afectados y deben recibir atención especial;
- la evolución tecnológica: se necesita adaptar la legislación y los sistemas de protección para hacer frente a nuevas formas de violencia.
Así, España ha logrado avances significativos en la lucha contra la violencia de género, con un marco legal sólido y herramientas de protección innovadoras. Sin embargo, el problema persiste y requiere un compromiso continuo para mejorar la prevención, garantizar la seguridad de las víctimas y erradicar la violencia machista en todas sus formas.